Hace unos meses, Christian Long, el fiscal a cargo de la causa, archivó la causa de Vidal encerrándose en argumentos circulares e intuiciones carentes de todo elemento objetivo de convicción, y a pesar de las reiteradas protestas de los damnificados. Cuando dos particulares damnificados solicitamos que se eleve a juicio la causa contra Vidal, Long, faltando a la verdad y con mala fe, afirmó a la prensa que la única finalidad que teníamos quienes solicitábamos el enjuiciamiento de Vidal era neutralizarlo como testigo.
Ayer el tribunal demostró no sólo la mala fe sino la incompetencia de Long, y de su superior el fiscal general Fernández. Si Vidal, como correspondía, hubiera sido llevado a juicio, su declaración indagatoria habría ingresado al debate sin discusión alguna (art. 366, inc. 1).
El único (i)responsable de la imposibilidad de utilizar la información aportada por Vidal al proceso es el fiscal Christian Long.
En otro orden de cosas, resulta vergonzante el testimonio de Walter Carballo, a cargo de una unidad de investigaciones complejas, quien después de años de “investigación” y de negar acceso a la misma a los damnificados, usa como soporte de una hipótesis de asesinato por encargo la opinión de la viuda acerca de un supuesto alejamiento personal de Felipe, y además responde en forma ininteligible al pedido de explicaciones sobre las líneas de investigación abandonadas por el fiscal Long.
¿Estos son los grandes avances de la investigación que nos fueron ocultados por más de un año?
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